lunes, 4 de julio de 2016

VENDO ESTUPENDA CASA EN UN CONDOMINIO SENCILLO




-Es una casa mal ventilada, de platos sucios que huelen a pocos metros de los sillones dispuestos en L del salón principal. Es una familia que lo pagó todo a plazos.

-Te das cuenta que lo pagan todo a plazos porque la grama del patio no pega nunca, hay parches amarillos, partes sin nada, no se pueden pagar las plantas a cuotas, ¿te das cuenta? La sala está inmediatamente después de la puerta principal, que es de metal, una puerta negra con una ventanilla que se abre hacia adentro para ver quién toca. El equipo de sonido Xploid es tal vez demasiado grande para la casa. Te hablo de esas colonias que parecen Nuke towns, residenciales que en verdad se miran como centros para pruebas nucleares. No hay vecinos, al menos casi no se ven, solo perros que le ladran a todo. Teléfonos sobre guías telefónicas de 2002 que reciben llamadas de la Curacao advirtiendo el retraso en los pagos: la estufa de gas, el hornito, la lavadora, los sillones dispuestos en L pendientes de cancelación.

-Abrís y das directamente con el que ve la T.V, el padre de familia, que a veces es un gordo chaparro que ve la tele con poco volumen y una camisa deportiva de poros de ventilación abiertos marca Champion y en la mano un vaso con diseño de flores lleno con licuado de frutas, unos Crocs genéricos en el suelo, inmediatamente después del sillón. Es un piso de cerámica blanco, siempre blanco, Joshito. Toda la casa huele a lo que se hizo en el almuerzo, hay unos boquetes en la pared para enchufes o para colgar focos que están pendientes de instalación, sólo ves los cables y la cinta adhesiva negra en las puntas. Nunca alcanzan las sillas del comedor, es muy raro y no falta una Big Cola en la refri con los jugadores del barca en la etiqueta del envase, una bolsa de guineos con moscos flacos alrededor de la penca. Los cuartos del segundo nivel no tienen muebles, una mesa de noche con un frasquito de agua bendita y una virgen de arcilla blanca, nada más. Después las cortinas, que son de esas que no logran blocar el sol, que son demasiado transparentes. Los baños siempre están recién cagados por la misma falta de baños que no permite la alternancia, tiran aerosol en exceso que sólo endulza el olor del popo y el que se sienta a cagar mete la cara en el cuello de la camisa para respirar menos, para filtrar un poco la mierda a través de la tela.

Perros french puddle sucios… Mazdas retocados… Guacales que flotan y pegan contra los bordes de la pila… Una pila que resulta imprescindible, aún en casas modernas. Cumpleaños de tener que molestar a otra familia y pedir prestadas mesas plásticas, llevarlas en un pickup flaco hasta la casa, hasta el patio de enfrente, ponerles manteles plásticos, generalmente adornados con flores o imágenes de chiles pimientos; llenar una hielera con cerveza de lata, pasar un pastel de colores chillones,  cubiertos desechables que rompen los platos de duroport, rancheras y tíos que se acercan demasiado al hablar y ese aliento frío de la cerveza, del último trago que dieron a la Dorada Ice. Celebrar con sillas que se rompen y carcajadas agudas de un primo gordo que se viste como narco, un perro al fondo que ladra constantemente a 10/11 balcones de distancia.  Una adolescente morena que se fotografía en el espejo del cuarto que comparte con su hermano y se desnuda cuando no hay nada que hacer y sueña, casi todos los días, con irse a la reverga del mundo.