Encuentro el interruptor a tientas. La luz se arroja felina
sobre lo que encuentra. Advierto mi cara en el espejo, brillante, sostengo un
cigarrillo apagado en los labios. La imagen no permanece, desenfoca constantemente. Sonrío
sacando los dientes, muerdo fuerte el filtro del Pall Mall. Alguien abre la
puerta del baño y me sorprende en plena mueca. Se avergüenza y cierra, pongo el
pestillo. Ahora sí me desabrocho el pantalón y meo de espaldas a la puerta. Me
llega el zumbido apenas de la música electrónica que se arrastra bajo la
puerta, muevo los pies involuntariamente en intento de baile, el pipí suena
irregular en el agua. Riego la tasa. Me abrocho nuevamente el pantalón. Enciendo
el cigarro frente al espejo y doy el primer hervor, viéndome de lleno a los
ojos. Abro la puerta sin tirar de la cadena, la música se cuela a borbotones, hay
cola de tres o cuatro personas. Les sonrió burlón. Camino a la sala, mis amigos
me esperan en el sillón.
Tatiana me ve de reojo, por detrás del respaldo. Doy toda la
vuelta para acompañar a Pau, que está sentado en el suelo. Lame el hielo de su
vaso, se lo empina a cada rato para tomar las gotitas frías, descongeladas que
quedan al fondo del duroport. Se lo quito de las manos, lo lleno con agua y se lo alcanzo de vuelta, toma
un buen trago y lo escupe en una nube de brisa. Me insulta, sonríe perdido, la
camisa empapada. Tatiana sigue allí, inmóvil. Mariano le alcanza un ron con
hielo por atrás, le acerca la cara y respira extasiado su shampoo. Qué maldito.
Ángel está en el balcón, no logra encender su cigarrillo, se le cae al suelo y no puede recogerlo. Voy a la cocina. La mesa del comedor aguanta un
arsenal de alcohol. Me sirvo dos tragos de whiskey a la mitad. Los bebo "a ver a Cristo". Vuelvo a la sala. Se acerca un borrachín que no conozco, me abraza.
Feliz año. Mariano tira sobre Tatiana
medio vaso de ron con hielo. Intervengo en el asunto. La tomo de la mano.
Estoy de vuelta en el baño. Cierro la puerta. Pongo el pestillo. Enciendo la luz que se vuelve a arrojar felina sobre lo que encuentra. En el espejo el reflejo de Tatiana y un guatemalteco.
Estoy de vuelta en el baño. Cierro la puerta. Pongo el pestillo. Enciendo la luz que se vuelve a arrojar felina sobre lo que encuentra. En el espejo el reflejo de Tatiana y un guatemalteco.