viernes, 3 de noviembre de 2017

abril



Hoy es un buen día para escribir de
vos.
Sé perfectamente que estás en
la ciudad, que si veo por la ventana
de la sala (esa que da al jardín y a las
orquídeas de mi mamá y a esa farola
exterior que cuelga de su propio cable) vería
casi lo mismo que vos. Así que miro
,(ahora mismo), hacia afuera. 
La misma intensidad del sol, la misma
velocidad de las hojas con el viento,
las mismas nubes perezosas y torpes,
los aviones despegando cada 15/20 minutos,
yendo sobre zona 13 o Liberación.
Y me duele el estómago, casi como si me
cagara encima, y vos sabés que nunca me
dio vergüenza hablarte así. De cagarme y
esas cosas. Pero me dolés ya, te siento en
las tripas a más de un mes de tener que
despedirte en el aeropuerto la Aurora. 


Te extraño al borde de olvidarlo todo.
Al mismísimo filo de nuestra propia independencia.






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