martes, 14 de octubre de 2014

La posibilidad de una cajera

Me dijo:
Acá entrás al supermercado local y cuando estás en la caja, en ese lapso nimio en que  la cajera pasa las cosas por el escáner, te da el total, toma el dinero y después te alcanza el cambio al otro lado del mostrador, apurás palabras concentradas. Vas, digamos,  directamente al cumplido,  al "me gusta tu pelo, tu naríz, tus ojos", cualquier cosa. Ya cuando guardás la compra en una bolsa plástica y el cliente detrás tuyo lo ve todo con asco, entonces preguntás a la chica"¿a qué hora sales de trabajar?" Y, naturalmente, tras la respuesta viene la inquietud implacable de la cajera que ya no espera un día normal, y que tal vez te aguarde afuera cuando todas sus compañeras hayan dejado el supermercado. 

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