Amigo, de pronto estoy pensando en vos. Fue encendiendo un cigarro, en la primera
calada. Te juro que estuve allí. En la fiesta de las primeras toses. De los 0
grados mentolados, del XL sin mixer. En los fríos de alguna fiesta de carretera
a El Salvador afrontada con t-shirt abercrombie y jeans claros. Y la cosa
movidísima, pleno desmadre. Podía ver la ropa a colores, los vestidos, las chumpas, los
zapatos, pero las caras de la gente borrosas. Sirviéndose un trago en la mesa
plástica del fondo está Pili García, con quince años encima, y afuera, en el
jardín, estás vos en círculo de caras desenfocadas, encendiendo el último
cigarro del cartón. Está Tono haciéndose verga a una fea y está Cristie
buscándome entre el gentío, estoy seguro que me está buscando. Lleva el vestido
negro de puntitos blancos. Es la fiesta en que no pude besarla. ¿Te acordás? Y
yo estoy flotando en el lugar, casi de espectador. No puedo hacer nada, sólo
estoy allí, viéndolo todo de cerca.
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